miércoles, 28 de noviembre de 2012

LA CUSTODIA DE LOS PEREGRINOS, HOY.




Las Cruzadas Medievales tienen un mensaje y un Simbolismo que va mucho más allá de la mera historiografía. Desde la Figura del Peregrino hasta Tierra Santa, así como la figura del Custodio Caballero, la Historia nos habla de un Simbolismo en Mayúsculas para todo aquel que lo sepa ver.

En primer lugar, la figura del Peregrino en viaje hacia la Tierra Santa nos habla del actual momento evolutivo de la Humanidad, que tiene que pasar su Antakarana o viaje desde su yo inferior al Yo Superior, su Tierra Santa. Este Peregrinaje es un Viaje Interior e iniciático lleno de peligros y de él nos hablan todas las Escrituras Sagradas de Tradición Iniciática: Baghavad Gitta, Uttara Gita, La Odisea de Homero y muy especialmente la Biblia, en la que el éxodo o peregrinación se multiplica en multitud de ocasiones.

Se trata de un Viaje hacia dentro de nosotros mismos, el llamado Espacio Interior, que tuvo a Cristo su primer Peregrino, coronando con éxito la iniciación y abriendo las Puertas de Kether, de su doble naturaleza Divina y Humana tiene lugar la posibilidad de la Salvación, Hércules liberando a Prometeo y Dionisos sacrificado del que la Humanidad renace bebiendo su sangre y comiendo su Carne fueron anunciadores del Verbo Encarnado posteriormente en Cristo.

En Segundo Lugar, la Tierra Santa a la que hay que llegar es la Jerusalén Celeste o el Manas de la Iniciación, el Fuego Sagrado de la Iniciación actualizando el Quinto Cuerpo o Quinto Elemento y que requiere el paso por el Antakarana, la escalera mística de los peldaños y pruebas iniciáticas.

En tercer lugar, ese peregrinaje por el Antakarana es una Travesía del Desierto que requiere la labor de los Caballeros Custodios, la Milicia del Cristo, equivalentes a los Budas de Compasión que se esfuerzan en acelerar su iniciación para permanecer por Amor ligados al Pasaje de la Humanidad hasta que el último hombre lo atraviese, esa labor de Custodia y vigilancia.

La militancia en la Orden del Temple es una llamada al Karma-positivo o negativo- para acelerarle a través del Servicio renunciando a toda recompensa de descanso eterno para trabajar por el Pasaje de la Humanidad tras la culminación iniciática que implica las pruebas de Tierra (nacimiento en la caverna), Agua (Bautizo en el Jordán), Aire (Transfiguración en el Monte Tabor) y Fuego (crucifixión y despedida de la envoltura Material). ( /.../ Impossibile Nihil est)







miércoles, 14 de noviembre de 2012

EL TEMPLE VIVE Y CAMINA: NUESTRO PLAN DE FORMACIÓN


El Temple es depositario de la Doctrina iniciática de Cristo. Si de la Doctrina Evangélica se desprende un sentido Religioso, también se desprende un camino hacia el Despertar efectivo del Cristo Interior que habita en Nosotros. La elaboración de la Personalidad Crística es a lo que se dedica un Caballero Templario: Convertirnos en el Cristo que ya somos pero que nuestra personalidad Inferior no nos deja plasmar.

En este sentido es un camino mágico. Operamos sobre los Planos de la Realidad y la conciencia sin que haya nada de metafórico en nuestras Palabras, la Iniciación es Real, es la vida Profana lo que concluimos que no es real. Pero para entender esto mismo hay que ser Caballero Templario.

El hombre común vive crucificado entre sus cuatro cuerpos inferiores: El Físico, el energético, el emocional y su Mente. El Espíritu pugna por volar Libre pero necesita del nacimiento de la Conciencia Crística para superar sus limitaciones y obtener así la Almendra Alquímica que es el Secreto del Centro de la Cruz, vértice además de la Pirámide Universal. Los Cuatro Evangelios canónicos nos hablan de esos cuatro cuerpos y de sus pruebas y Misterios, velados al mismo tiempo que evidentes. Sí, hay más evangelios, pero también más cuerpos?

En el Temple purificamos nuestra dimensión Física, Limpiamos nuestra Energía, dominamos nuestras emociones y elevamos la Mente para lanzarnos a una Cruzada por lo mejor del Hombre y de la Mujer, y así salvar a la Humanidad en esta Nueva Edad Media en la que estamos entrando, y de la cual nos hablan diariamente multitud de signos.

Vivimos un Nuevo Medievo y aquí está de nuevo la Orden del Temple. Si nuestros Hermanos Mayores se adelantaron varios siglos a su tiempo, hemos nosotros de adelantarnos al nuestro. La Orden del Temple no es un revival del Pasado: Nace comprometida con el Futuro.

Somos depositarios de un Secreto Simbólico y iniciático que custodiamos, y que es tan evidente al observar la Cruz que se hace oculto a los ojos de los profanos, esa Cruz que no es más que la Espada de la Milicia. El Temple vive y te llama a sus filas. Es hora de una nueva Cruzada. (/…/ Impossibile Nihil Est)