miércoles, 14 de noviembre de 2012

EL TEMPLE VIVE Y CAMINA: NUESTRO PLAN DE FORMACIÓN


El Temple es depositario de la Doctrina iniciática de Cristo. Si de la Doctrina Evangélica se desprende un sentido Religioso, también se desprende un camino hacia el Despertar efectivo del Cristo Interior que habita en Nosotros. La elaboración de la Personalidad Crística es a lo que se dedica un Caballero Templario: Convertirnos en el Cristo que ya somos pero que nuestra personalidad Inferior no nos deja plasmar.

En este sentido es un camino mágico. Operamos sobre los Planos de la Realidad y la conciencia sin que haya nada de metafórico en nuestras Palabras, la Iniciación es Real, es la vida Profana lo que concluimos que no es real. Pero para entender esto mismo hay que ser Caballero Templario.

El hombre común vive crucificado entre sus cuatro cuerpos inferiores: El Físico, el energético, el emocional y su Mente. El Espíritu pugna por volar Libre pero necesita del nacimiento de la Conciencia Crística para superar sus limitaciones y obtener así la Almendra Alquímica que es el Secreto del Centro de la Cruz, vértice además de la Pirámide Universal. Los Cuatro Evangelios canónicos nos hablan de esos cuatro cuerpos y de sus pruebas y Misterios, velados al mismo tiempo que evidentes. Sí, hay más evangelios, pero también más cuerpos?

En el Temple purificamos nuestra dimensión Física, Limpiamos nuestra Energía, dominamos nuestras emociones y elevamos la Mente para lanzarnos a una Cruzada por lo mejor del Hombre y de la Mujer, y así salvar a la Humanidad en esta Nueva Edad Media en la que estamos entrando, y de la cual nos hablan diariamente multitud de signos.

Vivimos un Nuevo Medievo y aquí está de nuevo la Orden del Temple. Si nuestros Hermanos Mayores se adelantaron varios siglos a su tiempo, hemos nosotros de adelantarnos al nuestro. La Orden del Temple no es un revival del Pasado: Nace comprometida con el Futuro.

Somos depositarios de un Secreto Simbólico y iniciático que custodiamos, y que es tan evidente al observar la Cruz que se hace oculto a los ojos de los profanos, esa Cruz que no es más que la Espada de la Milicia. El Temple vive y te llama a sus filas. Es hora de una nueva Cruzada. (/…/ Impossibile Nihil Est)

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